Lo mejor para observar aves en la Antártida
Si alguien le dice que la Antártida es para los pájaros, tiene razón.
Pero sólo si lo dicen literalmente, porque los observadores de aves y los entusiastas de los polos saben muy bien que la Antártida es uno de los mejores puntos de observación de aves del planeta.
La Antártida no sólo es el único lugar donde se pueden ver las ocho especies de pingüinos polares, sino que también es donde se encuentran algunas de las aves marinas voladoras más queridas (y, en algunos casos, muy lejanas), de las que hemos hablado con gran detalle en nuestra entrada Aves del Sur.
Pero, ¿qué lugares de la Antártida ofrecen más posibilidades de avistar estas bellezas aladas? Pues prepara tus trípodes y saca brillo a tus objetivos, porque estamos a punto de decírtelo.
Imagen de Ilja Reijnen
El Paso de Drake
Algunas de las mejores oportunidades para avistar aves tendrán lugar incluso antes de llegar a la Antártida.
Después de embarcar en Ushuaia y entrar en el Pasaje de Drake, pasarás lo que se conoce como la Convergencia Antártica, una frontera natural formada por aguas frías que fluyen hacia el norte y chocan con aguas subantárticas más cálidas.
Esto le sitúa en la zona de afloramiento circumantártico, donde la vida marina y la avifauna experimentan un cambio.
En esta zona rica en nutrientes se pueden ver albatros errantes, albatros cabecigrises, albatros cejinegros, albatros tiznados, palomas torcaces, fulmares australes, petreles australes, petreles azules y petreles antárticos, por nombrar algunos.
Imagen de Ross Wheeler
Isla Danco
Esta isla antártica de gran belleza ofrece la oportunidad de ver pingüinos papúa anidando, por no hablar de las focas cangrejeras y de Weddell que se encuentran en las cercanías.
Puerto Lockroy y Punta Jougla
Tras navegar por el canal de Neumayer, podrá visitar esta antigua estación de investigación británica, hoy convertida en museo y oficina de correos, así como Jougla Point. Aquí tiene buenas probabilidades de ver pingüinos juanitos y cormoranes de ojos azules.
Isla de la Media Luna
Puede ver pingüinos barbijos (y focas de Weddell) cerca de la Base Cámara, una estación argentina de investigación científica situada en la isla de la Media Luna.
Isla Cuverville
Esta pequeña y escarpada isla situada entre las montañas de la Península Antártica y la isla de Rongé alberga una gran colonia de pingüinos papúa, así como skúas pardos reproductores.
Islas Petermann y Pléneau
Estas islas antárticas, situadas en el estrecho de Penola, justo al sur del canal de Lemaire, ofrecen una gran variedad de aves, como los pingüinos juanitos. En cuanto a la fauna no aviar, también pueden verse aquí focas leopardo, focas cangrejeras, rorcuales aliblancos y ballenas jorobadas.
Isla Decepción
En realidad un cráter subducido, esta isla de las Shetland del Sur se abre al mar y crea un puerto natural para el barco. Aquí pueden avistarse múltiples especies de aves, como petreles del cabo, gaviotas cocineras, págalos polares y marrones, y charranes antárticos.
Los Paíños ventrinegros y los Paíños de Wilson también anidan en las ruinas de la estación ballenera de Bahía Balleneros.
Islas de los Peces
En las islas Fish se puede encontrar una de las colonias de pingüinos Adelia y cormoranes de ojos azules más meridionales de la Península Antártica.
Imagen de Wim van Passel
Estrecho Antártico
A veces hay pingüinos emperadores y Adelia en los témpanos de hielo, así como gaviotas, skúas y varias razas de petreles. La zona también es muy pintoresca desde el punto de vista paisajístico, con picos montañosos escarpados y enormes paredes de hielo que yacen destrozadas en sus laderas.
Brown Bluff
Situado en el Estrecho Antártico, Brown Blu ff es quizá el lugar más pintoresco de todo el extremo norte del continente antártico: escarpadas paredes de cañón, rocas caídas, hermosas creaciones volcánicas cubiertas de hielo.
Además, aquí vive una gran colonia de pingüinos Adelia, pingüinos papúa y petreles nivales.
Isla de Gourdin
Pingüinos barbijos, papúa y Adelia son algunas de las aves marinas que adoran esta isla, situada a la vuelta de la esquina de la entrada noroeste del Estrecho Antártico.
Isla del Diablo
Hogar de una gran colonia de pingüinos Adelia, la Isla del Diablo ofrece un magnífico mirador a los excursionistas dispuestos a subir a pie hasta la cima de la colina. El deshielo forma a veces una cascada que cae desde los acantilados cercanos al cabo Well-met.
Imagen de Victoria Salem
Isla Snow Hill (poco frecuente)
Los helicópteros nos permiten llegar a la famosa colonia de pingüinos emperador que se encuentra aquí, pero la naturaleza pone las reglas en la Antártida: si las condiciones no son favorables, no podemos arriesgarnos a volar.
Si lo son, sin embargo, pasará unos dos días en esta codiciada colonia de pingüinos.
La operación en helicóptero dura un día entero, y la duración del vuelo es de aproximadamente 15 minutos. Cada helicóptero tiene capacidad para entre 4 y 6 pasajeros por vuelo, y el lugar de aterrizaje se elige cuidadosamente para no molestar a los pingüinos.
Al llegar, hay que caminar unos 45 minutos hasta la colonia y la que quizá sea la congregación de pingüinos emperador (y polluelos) más entrañable de toda la Antártida.
Imagen de Franklin Braeckman
Imagen del título por Pascale Sury