Experiencia en el campamento base del sur profundo

Durante los dos días siguientes en el Paso de Drake, disfrutará de algunas de las mismas experiencias que vivieron los grandes exploradores polares que cartografiaron por primera vez estas regiones: brisas frescas y saladas, mares agitados y, tal vez, incluso un rorcual común lanzando chorros de agua. Después de pasar la Convergencia Antártica, la frontera natural de la Antártida, formada cuando las frías aguas que fluyen hacia el norte chocan con los mares subantárticos más cálidos, se encontrará en la zona de afloramiento circumpolar antártico.

No solo cambia la vida marina, sino también la avifauna. Albatros errantes, Albatros cabecigríses, Albatros ojerosos, Albatros tiznados, Palomas del Cabo, Fulmares australes, Paíños de Wilson, Petreles azulados y Petreles antárticos son algunas de las aves que podrá ver.

Llegada a la península Antártica, cerca del círculo polar antártico. Si las condiciones del hielo marino lo permiten, podrá continuar por el estrecho de Pendleton e intentar desembarcar en el extremo sur de la isla Renaud, un lugar muy poco visitado. Aquí tendrá la oportunidad de encontrarse con los primeros pingüinos Adelia del viaje y disfrutar de unas vistas espectaculares de los icebergs en este entorno surrealista y nevado.

Más tarde, por la tarde, continuaremos nuestro viaje hacia la isla Adelaida y la bahía Marguerite, cruzando el círculo polar. Pasaremos la noche en la zona de Crystal Sound, donde el paisaje es tan cautivador que puede mantenerlo despierto hasta altas horas de la madrugada. Esta región también ofrece la oportunidad de avistar orcas, ballenas Yubarta y Rorcuales aliblancos.

Durante los próximos días, tendremos la oportunidad de disfrutar de una gran variedad de actividades programadas en este increíble entorno, en lo más profundo de la Antártida.

Entre los lugares que se pueden visitar se incluyen:

Isla Horseshoe: la isla Horseshoe recibe su nombre por su forma característica. Una estación de investigación abandonada ofrece una visión de los primeros días de la exploración científica, con artefactos originales que ilustran el marcado contraste entre la vida entonces y ahora. La cabaña está situada en medio de uno de los paisajes más impresionantes de la Antártida, con vistas a las montañas y la nieve de la isla Pourquoi Pas, así como a los escarpados picos de la propia isla Horseshoe. Se trata de un lugar ideal para hacer fotos en todos los sentidos. Dos viejos barcos de madera siguen descansando en el lugar, como si esperaran una última salida.

Isla Pourquoi Pas: descubierta y cartografiada por el famoso explorador Jean-Baptiste Charcot, la isla Pourquoi Pas ofrece un desembarco pintoresco en una playa rocosa con el impresionante glaciar Moider como telón de fondo. Un suave paseo desde el lugar de desembarque revela unas vistas impresionantes, mientras que los lobos finos antárticos que descansan más allá de la playa añaden un encantador encuentro con la fauna a nuestro viaje.

Isla Stonington: lugar de importante actividad investigadora entre los años 30 y 70, la isla Stonington albergó bases estadounidenses y británicas. Cuenta con una gran variedad de edificios históricos y artefactos que narran la historia de las primeras exploraciones antárticas. Antiguamente conectada al continente por la nieve y el hielo, este evocador lugar es ahora un conmovedor recordatorio del aislamiento de la Antártida y de la frágil interacción entre la historia de la humanidad y la naturaleza en estado puro. La combinación de fauna, grandiosidad natural y estructuras conservadas hace de este lugar una parada inolvidable que sin duda dejará una huella imborrable.

Red Rock Ridge: Situada en el continente antártico, Red Rock Ridge se distingue por sus acantilados de vivos tonos rojos, que contrastan con el entorno helado y son visibles desde lejos. Si las condiciones lo permiten, intentaremos desembarcar aquí. Es posible que nos encontremos con pingüinos Adelia y también esperamos avistar focas y cormoránes antárticos que anidan en las cercanías.

Si las condiciones lo permiten, navegaremos por The Gullet, uno de los canales más impresionantes de la Antártida, con imponentes montañas a ambos lados, aves siguiendo el barco y pingüinos y focas jugando en el agua mientras navegamos por esta parte tan especial del viaje. Si las condiciones del hielo lo permiten, también realizaremos un desembarco o un crucero por la tarde.

Podremos desembarcar en una estación de investigación británica abandonada y contemplar la elevada posición de la isla y el imponente paisaje glaciar.

El viaje de vuelta no es nada solitario. Al cruzar el Drake, volverás a encontrarte con la gran variedad de aves marinas que recordabas del viaje hacia el sur. Pero ahora te resultarán un poco más familiares, y tú a ellas también.