El mundo está cambiando para los nativos inuit. ¿Podrán salvar su medio de vida centenario?
Puede que los conozcas como esquimales, pero los habitantes del Ártico se llaman oficialmente inuit. Históricamente, eran cazadores en el sentido más estricto de la palabra. Durante cientos de años sobrevivieron a las condiciones más duras del mundo, viviendo de sus presas: ballenas, focas, osos polares, bueyes almizcleros, aves, peces y renos. Este ha sido siempre su modo de vida.
Una que ahora está cambiando. Los inuit, o "el pueblo" en su lengua nativa, estuvieron aislados durante milenios, hasta la época moderna. Ahora se están adaptando, pero sus vidas se ven afectadas por un mundo contemporáneo que pone límites a su caza y por un clima cambiante que afecta a su entorno. Hay un elemento de incertidumbre en su cultura.
Un pueblo ancestral
Los inuit emigraron de Siberia a Alaska, atravesaron Norteamérica y llegaron a las costas de Groenlandia en el siglo XIII. Eran navegantes sofisticados que se guiaban por las estrellas. Como Groenlandia está literalmente cubierta por una capa de hielo, los inuit se asentaron en las zonas costeras para poder cazar y pescar.
Sobrevivir en un entorno tan duro requería un fuerte sentido de la familia y la comunidad. Los inuit seguían un código moral basado en antiguos mitos y leyendas, que eran absolutos. Algunas de estas creencias se expresaban en su arte en forma de tallas llamadas tupilaq, u "objetos de espíritus malignos".
La cultura de la caza
Tradicionalmente, los inuit cazaban desde pequeñas embarcaciones de piel de foca, rápidas y maniobrables. Es posible que reconozca la versión actual de esta embarcación, que sigue llamándose con el nombre inuit, kayak.
La caza siempre ha estado en el corazón de la cultura inuit. Hasta hace unos cincuenta años, estos nativos vivían completamente de la tierra y el mar. Hoy la economía ha cambiado y Groenlandia no es principalmente una sociedad cazadora.
La mayoría de los inuit han pasado al trabajo asalariado tradicional para ganar dinero para la electricidad y otras comodidades modernas. Sin embargo, la cultura, las habilidades y la dieta de la caza siguen formando parte de sus vidas y de su identidad.
Los inuit siguen comiendo su régimen tradicional de foca, morsa y reno. Para confeccionar sus ropas y botas, algunos tradicionalistas evitan los materiales contemporáneos y siguen utilizando el botín de su caza: pieles de oso polar y reno, como siempre han hecho.
Algunos de los hombres siguen destacando en técnicas de caza tradicionales, como el lanzamiento de arpones y el piragüismo.
Para los inuit, el mundo de la caza está profundamente arraigado en sus mitos, su estructura comunal, su identidad e incluso su ADN. Por ejemplo, consumen una dieta rica en proteínas y grasas. Se ha demostrado que metabolizan las grasas con mayor eficacia que los europeos.
La presión de los grupos conservacionistas
Sin embargo, la cultura ancestral de los inuit ha sufrido recientemente la presión de personas bienintencionadas. Diversos grupos ecologistas, incluso del propio gobierno de Groenlandia, han empezado a poner límites a muchas de las especies que en su día fueron esenciales para esta cultura cinegética.
Para los pequeños grupos de cazadores que siguen cazando fuera de la tierra, el argumento es que estas nuevas cuotas les harán la vida más difícil. Aunque bienintencionadas, estas campañas por los derechos de los animales procedentes del mundo exterior chocan directamente con los antiguos valores inuit. Se trata de un verdadero choque de culturas, que puede amenazar el modo de vida de uno de los últimos pueblos aborígenes del mundo.
Sin embargo, se están estudiando algunas medidas para paliar esta situación. La Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO está considerando añadir protecciones para la caza del caribú, ya que es un aspecto importante para el sustento de los inuit y otros grupos nativos.
El hielo está cambiando
Durante siglos, los inuit han vivido en los entornos más agrestes. Conocen las pautas meteorológicas que les permiten viajar con seguridad por el hielo marino para sus expediciones de caza. Para algunos de estos indígenas, la caza no es un deporte: ha sido su medio de procurarse alimentos. Cuando necesitan comer, acuden al mar para su sustento.
Sin embargo, un importante estudio sobre los efectos del calentamiento del Ártico informa de que las temperaturas han aumentado entre 2 y 5 grados centígrados en los últimos 50 años y podrían aumentar otros 10 grados más. Este cambio está afectando a la fauna y al medio ambiente del Ártico.
En toda Groenlandia, los cazadores inuit afirman que el tiempo es cada vez más impredecible. Informan de que la tierra y el hielo marino están cambiando. Lo que antes era un territorio familiar se ha vuelto inestable, lo que hace que la navegación y los viajes sean peligrosos. Los glaciares se derriten más en verano que antes y las rutas a los lugares tradicionales de caza se han vuelto precarias. Incluso algunos cazadores experimentados han desaparecido a través del hielo.
Ahora cazan más en los fiordos que en el hielo marino, ya que es más seguro y productivo con el entorno cambiante.
La cultura está cambiando
A medida que la caza se ha vuelto más difícil para los tradicionalistas empedernidos, más miembros de la familia trabajan en funciones contemporáneas para ayudar a la economía familiar. Las mujeres aceptan trabajos asalariados para ganar dinero con el que comprar productos en las tiendas. Esto permite a algunos hombres seguir desempeñando su papel tradicional de cazadores. Sin embargo, un efecto secundario es que las mujeres están empezando a perder sus conocimientos de habilidades tradicionales como coser pieles de animales.
El futuro
La buena noticia es que cada vez hay más conciencia de los derechos de los pueblos aborígenes como los inuit a preservar su modo de vida centenario. Cada vez son más los defensores de la pervivencia de la cultura de estos pueblos.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente ha pedido que se aumente la vigilancia medioambiental en las regiones árticas. Parece que lo que ocurre en el Ártico es la primera línea de lo que ocurrirá en el resto del mundo.
En última instancia, se está reconociendo que la concienciación sobre la cultura inuit y su entorno no sólo beneficiará su supervivencia, sino que a la larga nos ayudará a todos.
Experimente, comparta y disfrute de esta cultura milenaria con nosotros en los cruceros por Groenlandia.