Atracciones de Longyearbyen para antes o después de su crucero por el Ártico
Esperar en el puerto a que comience un crucero de expedición por el Ártico puede parecer un poco como esperar a que hierva el agua, a que se prepare el café o a que se materialice una reunión de Seinfeld : El tiempo parece desafiar sus propias leyes, la vida se ralentiza y uno empieza a preguntarse si realmente va a merecer la pena.
(En el caso de un viaje al Ártico, le aseguramos que sin duda lo vale)
Pero no tiene por qué ser así, si se embarca en Longyearbyen. Longyearbyen es la capital del archipiélago ártico de Svalbard y, a pesar de ser uno de los asentamientos más remotos del planeta, está repleto de entretenidas diversiones para pasar las horas (o los días) mientras espera para emprender su aventura ártica.
Aquí tiene siete atracciones que creemos que disfrutará en Longyearbyen y sus alrededores.
1. Museo de Svalbard: La mirada al pasado de Longyearbyen
Inaugurado en 1979, el Museo de Svalbard es probablemente el más extenso de los cuatro museos de la isla de Spitsbergen, compuesto por más de 1.700 obras de arte, fotos y libros.
El Museo de Svalbard es una excelente manera de abrir el apetito para su expedición ártica, ya que ofrece fascinantes perspectivas de 400 años de historia de Spitsbergen. Sus exposiciones exploran la caza europea de ballenas, la migración de las aves, la cultura pomor y diversos temas relacionados con el ecosistema local.
2. Svalbard Bryggeri (cervecería): el lugar de las pintas en Longyearbyen
Después de que la visita al Museo de Svalbard haya ampliado tus conocimientos, una parada en la Svalbard Bryggeri (o cervecería, si no eres muy vikingo) te animará el paladar.
Situada a 78°N, junto con el resto de Longyearbyen, la fábrica de cerveza de Svalbard es la cervecería comercial más septentrional del mundo. Y no solo eso, los propietarios tuvieron que cambiar la legislación noruega en 2015 solo para elaborar alcohol legalmente en Svalbard.
Disfruta de una (tras otra) de las cervezas emblemáticas de la Fábrica de Cerveza de Svalbard, cuya agua está compuesta en un 16% de hielo descongelado del glaciar local Bogerbreen, de 2.000 años de antigüedad.
Foto de Svalbard Brewery
3. Iglesia de Svalbard: La iglesia casi más septentrional de la Tierra
Si ha bebido demasiado en el Svalbard Bryggeri (Dios no lo quiera) y le apetece expiar sus culpas, la Iglesia de Svalbard de Longyearbyen no está lejos.
La iglesia de Svalbard fue la más septentrional del mundo hasta que se construyó la de San Nicolás en Nagurskoye (Rusia). Pero aun así, el templo de Svalbard no es más que un superviviente: tras ser construido en 1921, fue bombardeado en la II Guerra Mundial, y reconstruido en 1956.
Además, los candelabros de plata del altar y el cuenco bautismal de la iglesia de Svalbard fueron regalos de los reyes Haakon VII y Maud, y aún pueden verse allí.
Pjs wn [CC BY-SA 4.0], vía Wikimedia Commons
4. Museo de la Expedición al Polo Norte (Museo del Dirigible de Spitsbergen): El lugar de Longyearbyen para la historia de la aviación ártica
Después de rezar, quizá le apetezca ascender a los cielos a través de un histórico museo aeronáutico.
El Museo de la Expedición al Polo Norte, antes conocido como Museo del Dirigible de Spitsbergen, abrió sus puertas en 2008. Esta fecha era digna de mención por varias razones.
Por un lado, se cumplían 80 años del accidente del Italia, el dirigible utilizado por el ingeniero, aviador y explorador del Ártico italiano Umberto Nobile para volar alrededor del Polo Norte. También era el 30º aniversario de la muerte de Nobile y, de hecho, varios descendientes de Nobile y Amundsen (que murió intentando rescatar a la tripulación del Italia ), asistieron a la ceremonia de inauguración del museo.
Las exposiciones de esta preciada atracción de Longyearbyen profundizan en las principales expediciones aéreas al Ártico, como la del dirigible America, el Norge y, por supuesto, el Italia, entre otras muchas cosas.
Stamboliyski [CC BY-SA 4.0], vía Wikimedia Commons
5. Svalbard Husky: el método preferido para viajar por Longyearbyen
Si ya ha visto el museo anterior, pero aún quiere tomar más aire, es difícil discutir con un paseo en trineo por Longyearbyen impulsado por una manada de huskies muy entusiastas.
Svalbard Husky es una empresa familiar respetuosa con el medio ambiente que cuenta con unos 100 perros y se centra en expediciones en trineo que pueden llevarle fuera de Longyearbyen y adentrarle en la naturaleza ártica en excursiones cortas (1,5 horas), más largas (4 horas) e incluso viajes nocturnos.
Las excursiones incluyen avistamiento de auroras boreales y visitas a lugares de interés natural, donde se enseña a los huéspedes a ayudar en el manejo de los huskies, experimentando el trabajo de un auténtico musher de perros del Ártico.
Godot13 [CC BY-SA 3.0], vía Wikimedia Commons
6. Bóveda mundial de semillas de Svalbard: El almacén internacional de semillas de Longyearbyen
Probablemente ya habrás oído hablar de la Bóveda Global de Semillas de Svalbard, en gran parte debido a la rápida escalada de noticias sobre el calentamiento global, y al hecho de que este fenómeno está causado por el hombre, lo que apoya el 100% de los hallazgos científicos revisados por pares.
Pero al menos algunos humanos hacen algo al respecto: La Bóveda Global de Semillas de Svalbard, conocida simplemente como la Bóveda, es donde se guarda la mayor reserva de material genético de cultivos del mundo.
Allí se almacenan casi un millón de muestras de semillas de casi todos los países del planeta.
Y aunque no se puede simplemente salir de Longyearbyen y hacer una visita a la Bóveda, se puede reservar una de las excursiones organizadas que llevan a los viajeros cerca de la entrada con regularidad.
Disfruta maravillándote con la llamativa estructura frontal de la Bóveda, y cuando vuelvas a Longyearbyen, quizá te plantees otra visita a la Iglesia de Svalbard (o mejor aún, a Svalbard Bryggeri) para rezar por que nunca tengamos que usarla.
Dag Endresen [CC BY 3.0], vía Wikimedia Commons
7. Más actividades en Longyearbyen: En caso de duda, VisitSvalbard.com
En cuanto al resto de atracciones deportivas de Longyearbyen, son demasiado numerosas para enumerarlas aquí sin convertir este artículo en un magnífico repaso a la extraordinaria aventura ártica.
Pero si desea pasar unos días en Longyearbyen antes o después del crucero (y si le resulta atractivo volar en globo, esquiar, montar en moto de nieve, practicar kayak, ciclismo, excursiones en barco, safaris en quad, montar a caballo o cualquier otra actividad), visite Visit Svalbard para conocer todas las opciones.
Haga lo que haga, Longyearbyen será un puerto encantador y polifacético que no hará sino avivar su espíritu explorador del Ártico.
