Fecha: | 11.06.2018 |
Posición: | 078°13'N / 015°36'E |
Viento: | Aire ligero |
Clima: | Nublado |
Temperatura del Aire: | +4 |
Longyearbyen está situada a 78º norte y, como tal, es uno de los asentamientos más septentrionales del mundo. Creció como ciudad minera del carbón, pero ahora alberga a unos 2.100 habitantes que viven y trabajan aquí todo el año. Llegamos al aeropuerto un poco más tarde de lo previsto, pero tuvimos tiempo de explorar la ciudad, comprar algunas postales y recuerdos y tomar un café antes de bajar al puerto para embarcar en el Plancius. Fuimos recibidos en la pasarela por el personal de la Expedición que nos embarcó de 10 en 10 por la pasarela donde fuimos llevados a la Recepción para ser registrados por nuestros Directores de Hotel Michael, DJ y su asistente Gabor. Tuvimos algo de tiempo para familiarizarnos con nuestro camarote antes de que nos llamaran al salón para una sesión informativa de nuestro Director de Hotel, Michael, que nos explicó algunos de los procedimientos a bordo del Plancius, nuestro hogar durante los próximos días. Para entonces ya estábamos saliendo del muelle, así que tuvimos un rato en cubierta bajo el sol antes de que nos llamaran de nuevo al salón para la sesión informativa de seguridad obligatoria, impartida por nuestro tercer oficial, Luis Oroceo. Nos dio toda la información que necesitábamos sobre la seguridad a bordo del barco y nos preparó para el simulacro de salvamento que iba a tener lugar a continuación. Oímos la alarma de abandono del buque y nos reunimos en el puesto de reunión, el Lounge, con nuestros grandes chalecos salvavidas naranjas, la única vez que esperamos llevarlos puestos. Después de pasar lista nos llevaron a los botes salvavidas para ver dónde estaban situados y cómo embarcaríamos en caso necesario. Nos reunimos en el Lounge una vez más para encontrarnos con nuestro Capitán Evgeny Levakov, quien nos explicó un poco sobre nuestro próximo viaje y luego brindamos por nuestro viaje con champán. A continuación tuvimos la oportunidad de conocer al resto del equipo de la Expedición, que nos guiará de forma segura aquí en Svalbard durante este viaje. Tenemos un equipo internacional a bordo con una gran experiencia tanto en el Ártico como en la Antártida. Nuestro jefe de expedición, Michael Ginzburg, nos dio un poco más de información sobre nuestros planes para el viaje. Nos mostró una carta de hielo y quedó claro que este año la banquisa está muy al norte y que en un viaje corto de 4 días será imposible alcanzar esta línea de hielo. Llegó la hora de la cena, una oportunidad para reunirnos con nuestros compañeros antes de nuestra última tarea del día, que consistía en recoger nuestras botas de goma y chalecos salvavidas de la zodiac del maletero. Con 24 horas de luz, muchos de nosotros disfrutamos de un rato en cubierta durante la tarde avistando fulmares, araos, gaviotas tridáctilas y las diminutas alcas. Fue una velada muy agradable a bordo.