Fecha: | 16.12.2016 |
Posición: | 54°48,6' S / 068°17,9' W |
Viento: | aire ligero |
Clima: | nublado |
Temperatura del Aire: | +15 |
En una agradable tarde en Ushuaia, desde el fin del mundo nos disponíamos a emprender un viaje especial. En el muelle de la ciudad más austral de América nos esperaba nuestro nuevo hogar: Ortelius, el barco azul y blanco que nos llevaría en nuestro gran viaje a las Islas Malvinas, Georgia del Sur y la Península Antártica - 19 días llenos de maravillas de la naturaleza, asombro y aventura. Por primera vez subimos por la pasarela y en la recepción nos recibió el equipo del hotel, que nos indicó nuestros camarotes. Allí encontramos nuestro equipaje y pronto nos instalamos y empezamos a explorar nuestro nuevo entorno. En cuanto todos estuvimos a bordo, Cheryl, nuestra jefa de expedición, nos llamó a la sala de conferencias de la cubierta 3 para que el tercer oficial, Warren, nos diera las instrucciones de seguridad obligatorias y el director del hotel, Michael, nos presentara el barco. Este último nos explicó las cubiertas y las instalaciones, proporcionándonos una orientación vital, mientras que Warren nos familiarizó con las características de seguridad del buque y con lo que hay que hacer y no hacer a bordo. Poco después llegó la hora del simulacro de seguridad y nos reunimos en el bar, nos pusimos los grandes chalecos salvavidas naranjas y pasamos lista para asegurarnos de que todo el mundo estaba allí. Después echamos un vistazo a los botes salvavidas mientras el Ortelius abandonaba el muelle. Con el paisaje del Canal de Beagle deslizándose, nos dirigimos hacia mar abierto. La observación de aves ya había comenzado con los Albatros ojerosos que pasaban navegando, ¡e incluso había algunos Pingüinos magallánicos mareando! A las 19:15 nos reunimos de nuevo en el bar: era hora de conocer al capitán Ernesto Barría y al equipo de expedición para brindar por nuestro viaje. Después disfrutamos de la primera de muchas deliciosas comidas a bordo. Los movimientos del barco eran muy suaves, y el sutil balanceo combinado con la sobrecarga informativa y sensorial que habíamos recibido hoy hizo que algunos de nosotros pronto nos sintiéramos bastante sleeeeeeeeeeeeepy..