Fecha: | 20.08.2018 |
Posición: | 78° 14,0' N / 015° 37,1' E |
Viento: | N 1 |
Clima: | nublado claro |
Temperatura del Aire: | +9 |
Desde el avión pudimos echar un primer vistazo al impresionante terreno de montañas y sistemas de deltas de Spitsbergen. A primera vista, parecía un lugar salvaje e inhabitable, pero, como estábamos a punto de aprender, alberga mucha vida. Para muchos de nosotros, Longyearbyen fue nuestra primera parada, visitando el museo y la iglesia o quizá comprando algo de ropa de abrigo antes de abandonar la civilización. Preparados para la aventura y la exploración, subimos a bordo del M/V Plancius en zodiac. Llegamos al barco, nuestro nuevo hogar durante los siguientes nueve días. Fuimos recibidos por nuestro Jefe de Expedición, Christian, y la Directora del Hotel, Zsuzsanna. Pronto nos reunimos en la sala de observación, donde se nos informó sobre la seguridad a bordo. La sesión informativa corrió a cargo del tercer oficial, que nos dio detalles sobre la seguridad a bordo y sobre cómo prepararnos para lo peor. Se hizo un simulacro de alarma general (siete pitadas cortas seguidas de una larga) y todos nos pusimos los chalecos salvavidas naranjas SOLAS y nos reunimos en el salón guiados por la tripulación y el personal. Tras pasar lista para asegurarnos de que todo el mundo estaba presente, salimos a cubierta para echar un vistazo a los botes salvavidas mientras el Plancius salía de Adventfjorden. De vuelta en el salón, Zsuzsanna nos presentó los interiores del barco, las operaciones del hotel y el comedor donde nos servirían deliciosa comida. El capitán Alexey se unió a nosotros al final para un brindis de bienvenida con vino espumoso o zumo antes de dirigirnos al comedor para nuestra primera deliciosa cena preparada por el Jefe de Cocina Ralf y su equipo. Más tarde, Christian nos invitó a otra sesión informativa, ahora sobre la vida a bordo, y nos presentó al equipo de expedición, dispuesto a explorar la naturaleza con nosotros. El atardecer nos deleitó con una puesta de sol alargada sobre las aguas árticas septentrionales. Muchos de nosotros salimos a cubierta para observar las aves: fulmares boreales, gaviotas gaviota y algunos frailecillos. Lo más destacado, sin embargo, fueron dos ballenas azules alimentándose en el estrecho. Los oficiales del puente navegaron respetuosamente alrededor de las ballenas. Nos dieron la oportunidad de fotografiarlas y, lo que es más importante, de contemplarlas. Observando y absorbiendo esta increíble experiencia. Una fantástica primera introducción a lo que Svalbard puede ofrecer.