Fecha: | 21.08.2017 |
Posición: | 78°14,1' N, 015°36,6' E |
Viento: | NNW 3/4 |
Clima: | Parcialmente nublado |
Temperatura del Aire: | +14 |
Desde su fundación en 1906 por John Munro Longyear como asentamiento minero, Longyear ha sido punto de partida de numerosas expediciones históricas y pioneras. La ciudad tiene una población permanente de unos 3.000 habitantes, pero este número aumenta significativamente durante el verano con la llegada de miles de turistas de cruceros dispuestos a explorar el archipiélago de Svalbard. Nuestra aventura comenzó con el embarque en el muelle de Longyearbyen de nuestro cómodo hogar flotante para los próximos diez días: el M/V Ortelius. A las 16:00 nos recibieron en la pasarela miembros del equipo de Expe-dition, que nos dirigieron a la recepción del barco, donde nos registraron y nos llevaron a nuestros cómodos camarotes. En cuanto nos instalamos en nuestros confortables camarotes, la mayoría de nosotros se dirigió a las cubiertas exteriores para disfrutar de las vistas o al bar para tomar un café o un té. Pronto llegó el momento de reunirnos en la sala de conferencias para asistir a varias sesiones informativas de bienvenida. El segundo oficial, Louis, nos informó de la seguridad del barco y de cómo prepararnos para abandonar el barco en caso de que se produjera el peor incidente a bordo. A continuación, la directora del hotel, Zsuzannah, nos dio una visión general del Ortelius, nuestro hogar durante los próximos 9 días. Se hizo un simulacro de la alarma general, que consistía en siete toques cortos seguidos de uno largo, y todos nos pusimos los chalecos salvavidas naranja SOLAS y nos reunimos en el bar guiados por la tripulación y el personal. Después de pasar lista para asegurarnos de que todo el mundo estaba presente, salimos hacia los botes salvavidas, donde hacía mucho viento en la cubierta mientras descendíamos por Isfjorden, y algunos de nosotros entramos para explorar los acogedores alrededores. Volvimos a nuestros camarotes brevemente antes de reagruparnos con el capitán Ernesto Barria en el salón para un brindis de bienvenida con champán o zumo. Esta fue también una oportunidad para conocer a los miembros del equipo de expedición que nos guiarán en tierra y nos mantendrán a salvo durante nuestra estancia en Svalbard. Sin embargo, la reunión social habitual terminó antes de tiempo porque se avistaron algunos golpes de ballena delante del barco. Pudimos ver varios soplidos delante y a babor del barco y se identificaron como Rorcuales comunes, la segunda especie de ballena más grande del mundo. Llegó la hora de dirigirse al comedor para la primera de muchas deliciosas comidas preparadas por Gabor y su equipo de cocina. Mientras tanto, el Ortelius se abría camino a través de Isfjorden hacia mar abierto. Tras la cena, quedaba una última tarea por realizar: recoger las botas de goma y los chalecos salvavidas de la sala de conferencias. El personal se aseguró de que tuviéramos la talla y el ajuste correctos y estuviéramos listos para desembarcar en Svalbard por la mañana.