Fecha: |
04.12.2023 |
Posición: |
64°44.5'S / 062°51.8'O |
Viento: |
ESS 2 |
Clima: |
Nublado |
Temperatura del Aire: |
+1 |
Tras recoger a nuestro intrépido equipo de acampada, navegamos por el canal de Errara hacia la isla Useful. La isla Useful es un pequeño afloramiento situado a 3,2 km al oeste de la isla Ronge, que fue descubierto durante la expedición antártica belga de 1987-99 dirigida por Adrien de Gerlache. La geografía de esta isla es de granito mesozoico, y en ella habitan colonias de Pingüino juanito y Pingüino barbijos, así como algún que otro Pingüino de Adelias.
El desembarco previsto se vio frustrado por la gran cantidad de fauna presente, así que optamos por un crucero en zodiac. Esto nos ofreció la oportunidad de ver algunas formaciones de icebergs sencillamente impresionantes, ¡una de las cuales se parecía asombrosamente a una gran seta! Otro espectáculo increíble durante este crucero en zodiac fue observar una enorme balsa de Pingüinos juanitos limpiándose en aguas abiertas. El mar estaba bastante tranquilo, lo que permitió a nuestro equipo de kayak disfrutar entre el hielo viendo a los pingüinos nadar y, en general, pasándoselo en grande.
Nuestro equipo de montañismo viajó a Kettley Point, una parte de la isla Ronge, donde anclaron sus zodiacs y subieron al glaciar. Allí disfrutaron de unas vistas increíbles del estrecho de Gerlache y de los icebergs que se alejaban lentamente hacia aguas más abiertas.
De vuelta al barco, almorzamos y empezamos a prepararnos para el siguiente desembarco y las aventuras de la tarde en las islas Orne. La mayor de las islas Orne es una cúpula rocosa baja de pendiente moderada que se eleva hasta unos 75 m, con una cresta central rocosa y bancos de nieve permanentes. Las islas albergan colonias tanto de Pingüinos juanitos como de Pingüinos barbijos, y pudimos hacer una serie de circuitos por la isla principal para observar ambas adorables especies de pingüinos. Mientras estábamos en la isla, asistimos a un acontecimiento espectacular: un gran iceberg empezó a romperse y a rodar frente a nosotros, un oportuno recordatorio de por qué es importante mantener las distancias.
Nuestros kayakistas estaban remando alrededor de las islas, lejos de las peligrosas olas creadas por el iceberg, pero empezaban a verse afectados por el creciente oleaje que empezaba a formarse por los vientos del norte. Los montañeros se encontraban de nuevo en otra parte de la península, pero no demasiado lejos: habían ido a Georges Point, donde pudieron desembarcar y salir del agua hasta el glaciar. Una vez encordados, ascendieron sin prisa pero sin pausa hasta la cima del día: un collado entre dos grandes afloramientos rocosos, desde donde podían ver los restos del iceberg. Lo habían oído desplomarse, pero no habían podido verlo. El ruido de un choque lejano era inconfundible. Cuando el tiempo empezó a empeorar, todos los grupos volvieron a refugiarse en Ortelius.