Regiones polares sanas = pasajeros polares felices
Los viajes de expedición no tienen mucho sentido si cada vez que visitamos las regiones polares las dejamos peor de lo que las encontramos. Y eso considerando las cosas desde una perspectiva puramente humana, que no es la nuestra.
Los osos polares, los pingüinos, las ballenas, las aves marinas y otros animales que dependen de estas regiones seguramente tienen mucho más que decir sobre esta cuestión, y con muchos más improperios.
Teniendo en cuenta su salud y felicidad, en Oceanwide nos esforzamos por aplicar el modo de viaje más respetuoso con el medio ambiente que podemos, garantizando a quienes navegan con nosotros que están disfrutando del terreno polar de la forma más amable posible.
He aquí algunas formas de hacerlo.
Empezando por los barcos
Más incluso que los grupos de expedición que recorren las costas heladas o navegan en kayak por las bahías enjoyadas de berberechos, son los buques que visitan las regiones polares los que dejan la mayor huella.
Esto no se debe solo a su tamaño, sino también a su número: En la temporada 2017-18, hubo casi 60.000 turistas que visitaron la Antártida por sí solos, y la mayoría de ellos llegaron en barco. De hecho, suele ser la única forma de llegar a estos lugares remotos.
Así que si los barcos no son ecológicos, tampoco lo es el medio ambiente.
Oceanwide trata de mitigar este impacto ofreciendo un velero tradicional con capacidad para 33 pasajeros. Y nuestro buque más nuevo, el m/v Hondius, se diseñó desde cero para emplear únicamente la tecnología ecológica más avanzada.
Utilizando iluminación LED, calefacción de vapor, pinturas y lubricantes biodegradables y sistemas flexibles de gestión de la energía que mantienen bajos el consumo de combustible y los niveles de CO2, el Hondius será uno de los buques más seguros del mundo desde el punto de vista medioambiental cuando zarpe en el verano de 2019.
Además, el año que viene instalaremos dos nuevos motores en nuestro buque Ortelius. Estos motores de bajas emisiones, al igual que los de nuestros otros buques motorizados, cumplen toda la legislación más reciente.
También estamos eliminando progresivamente los plásticos de un solo uso a bordo de nuestros buques, optando en su lugar por botellas de agua reutilizables incluidas en cada puesto de atraque. Los pasajeros pueden llenar estas botellas con agua desalinizada extraída directamente del mar, lo que minimiza aún más el impacto sobre el planeta.
Limpieza de las playas polares (y prevención de la contaminación)
Además de asegurarse de que los buques contaminan menos, es igual de importante eliminar la contaminación que ya existe en el medio ambiente.
La mayor parte de los residuos del Ártico llegan a la costa, contaminando las zonas de alimentación. Pero en 2018, los miembros de la Associated of Arctic Expedition Cruise Operators(AECO), de la que forma parte Oceanwide, lideraron 128 limpiezas de playas que eliminaron más de 40 toneladas de basura.
Estos grupos de limpieza están formados en su mayoría por turistas que prestan sus servicios voluntariamente durante sus vacaciones de crucero, ayudando a preservar un entorno que han llegado a amar.
Además, Oceanwide colabora en la documentación y el análisis de la basura del Ártico: Actualmente ayudamos a científicos como Wouter Jan Strietman a controlar los plásticos y microplásticos en el marco de su proyecto sobre la basura ártica con la Universidad e Investigación de Wageningen.
Como la mayoría de los plásticos del Ártico proceden de la pesca, parte de este proyecto pretende instruir a estas fuentes de basura a gran escala en mejores prácticas que eviten la contaminación en el futuro.
Para prevenir aún más los daños al ecosistema polar, Oceanwide también colabora con científicos que estudian las especies alóctonas en el Ártico: Martine Van den Heuvel-Greve, por ejemplo, está en nuestro buque Plancius estudiando las especies marinas invasoras en el Ártico.
En cuanto a nuestras propias prácticas, nuestros huéspedes siempre deben limpiar sus botas en solución al salir o entrar en los buques. Al fin y al cabo, el plástico no es el único contaminante polar.
Ayudar a la investigación del clima polar
Otras soluciones de sostenibilidad a largo plazo consisten en avanzar en nuestra comprensión del cambio climático, cuáles son sus efectos y cómo podemos reducir (o incluso invertir) su devastador impacto.
Los científicos de las regiones polares, una zona que representa la primera línea del cambio climático, se esfuerzan por conseguirlo estudiando los núcleos de hielo, las fluctuaciones meteorológicas y las concentraciones de CO2.
Acogemos a muchos de estos investigadores a bordo de nuestros buques y también contratamos a algunos de ellos como conferenciantes-guías. Esto permite a estos científicos compartir sus descubrimientos con nuestros pasajeros polares, que suelen ser un público muy receptivo.
Además, a veces entregamos equipos científicos. Por ejemplo, desde 2012 ayudamos a colocar los flotadores ARGO. Estos flotadores miden la temperatura, la salinidad y la presión del agua, atributos vitales para comprender el impacto del cambio climático en los océanos.
Las regiones polares: ver o no ver
La relación riesgo-recompensa de los viajes de expedición se reduce a un enigma familiar:
Por un lado, si nadie experimenta estos bellos entornos, ¿hasta qué punto es probable que se apasione por preservarlos? Por otro, puede que sea imposible eliminar por completo el impacto de los viajes, por muy ecológica que sea su tecnología o estrictas que sean sus normas.
La respuesta obvia a este dilema, y probablemente la más realista, es que sigamos buscando ese equilibrio siempre difícil de alcanzar entre exposición y conservación.
Para ello, tenemos que seguir perfeccionando nuestra tecnología en la misma medida en que seguimos avanzando en el conocimiento del vulnerable ecosistema polar.
Nuestro objetivo final debe ser una industria de expediciones que proteja las regiones polares tanto como revele su belleza transformadora al mundo. Porque aunque estas zonas son demasiado buenas para no compartirlas, también son demasiado valiosas (sobre todo para nosotros) para no protegerlas.