Prácticamente no hay rutas de senderismo, y casi todo estará cubierto por la nieve, así que tendremos que encontrar nuestra propia ruta. Spitsbergen se compone de una gran variedad de paisajes: montañas escarpadas y glaciares con grietas conviven con kilómetros y kilómetros de suave tundra. Como los glaciares suelen estar agrietados y son peligrosos, no nos aventuraremos en ellos.

Haremos excursiones con raquetas de nieve para ver colonias de pájaros y otra fauna. Además de los suaves paseos por la amplia tundra, también intentaremos subir algunas laderas de montaña accesibles para disfrutar de las fantásticas vistas. Estas subidas exigen cierta resistencia, pero son opcionales.