La vida de un guía de expedición polar
Hay trabajos buenos y otros excelentes. Y luego están los trabajos en los que uno sube montañas y las baja esquiando y le pagan por hacerlo. Son trabajos totalmente distintos.
Tim Blakemore, guía de montañismo y esquí en Oceanwide, tiene uno de estos trabajos.
Por supuesto, ser guía de expediciones es mucho más que ir y volver y dar envidia a todo el mundo. En primer lugar, eres responsable de mucha gente. También estás en un entorno potencialmente peligroso. Además, hay que entrenar y equiparse.
Para saber más sobre el deporte, el equipo y todo lo demás, le hicimos algunas preguntas a Blakemore, e hicimos todo lo posible por no dar envidia. (No fue fácil.)
¿Cómo se llega a ser guía de montañismo en lugar de, por ejemplo, escritor para una compañía de cruceros polares?
Nunca me propuse ser guía internacional de montaña. Simplemente tenía un deseo insaciable de estar al aire libre y siempre quería mirar a la vuelta de la esquina. A los veinte años, trabajé en un centro de actividades al aire libre para jóvenes y así adquirí mi experiencia inicial.
Mi escalada y esquí personales empezaron a llevarme más lejos por todo el mundo, y acumulé la experiencia necesaria para convertirme en guía de la IFMGA.
También pasé seis meses trabajando en la estación de investigación de Rothera, en la península Antártica, para el British Antarctic Survey. Allí me dieron mucha libertad y dirigí un pequeño proyecto científico, viajando en moto de nieve y durmiendo en tiendas piramidales.
Foto de Owen Samuel
Un bautismo de hielo, por así decirlo. ¿Después se incorporó a Oceanwide?
Diez años después de aquello, un colega con el que había trabajado en Rothera se puso en contacto conmigo para preguntarme si estaría interesado en unirme al equipo de montañeros de Oceanwide. Desde entonces he venido "al sur" en los buques Plancius y Ortelius.
En todo este tiempo, debe de haberse hecho una buena lista de ascensiones y descensos favoritos.
Una cumbre que siempre me ha gustado escalar es el Pico Jabet, en la Antártida. El entorno es maravilloso, con glaciares cayendo al mar y pingüinos en la orilla. Los dejas atrás y avanzas lentamente por terreno glaciar hasta una cresta que se empina y se convierte casi en el filo de una navaja.
También he esquiado en este pico. Orientado hacia el sur, suele tener una gran cantidad de nieve polvo, algo poco frecuente en la Antártida. Se puede esquiar hasta la orilla, una experiencia muy especial.
Nos estás haciendo muy difícil sentir lástima por ti, Tim.
¿Qué puedo decir? Es una existencia privilegiada la que tengo.
Pero una que ciertamente necesita mucha habilidad y atletismo.
Para el montañismo, sólo necesitas un buen nivel de condición cardiovascular. Correr, montar en bicicleta o nadar antes del viaje te ayudará. Caminar por las colinas con una mochila también es ideal para aumentar la resistencia.
¿Cuenta escribir sobre todas esas cosas?
¿Haces caminatas muy rigurosas al mismo tiempo?
Normalmente, no.
Entonces no. No es típico.
Tomo nota. ¿Requiere el esquí el mismo nivel de atletismo?
El esquí es más técnico, y las regiones polares no son el lugar adecuado para aprender a esquiar. Se necesita una técnica sólida antes de esquiar en las regiones polares, lejos de las pistas preparadas, o "fuera de pista", como decimos nosotros. Pero la recompensa es fantástica.
¿Qué tipo de equipo prefiere para esquiar fuera de pista?
Un buen equipo impermeable es importante, sobre todo para las travesías en zodiac. También llevo gafas de esquí, ya que a veces las condiciones son similares a las de conducir en una ventisca.
Siempre llevo unas buenas gafas de sol y mucha protección solar, ya que la radiación solar puede ser feroz. Debido a la lejanía, suelo llevar varas para marcar mi ruta. Perderse con poca visibilidad en terreno glaciar es bastante aterrador.
Foto de Andy Perkins
¿Hay alguna experiencia que le haya llamado la atención?
Recuerdo que una vez salí del barco hacia las 5 de la mañana en una zodiac para recoger a unos pasajeros que habían pasado la noche acampados en la Antártida.
Aún no había arrancado el motor y me alejaba lentamente del barco. El agua parecía de cristal. El silencio era total. De repente, un rorcual aliblanco se acercó a mí y pude oler su aliento mientras escupía. Esa fue mi experiencia antártica personal.
Muy buena. ¿Experiencias como ésa hacen que para usted las regiones polares sean más especiales para trabajar que otros lugares?
La principal diferencia en las regiones polares es la naturaleza salvaje y la falta de infraestructuras. Hay que ser más autosuficiente y ajustar los objetivos teniendo eso en cuenta.
Pero tanto en el Ártico como en la Antártida, esquiar desde las cumbres hasta los glaciares es una experiencia única.
¿Necesitamos preguntarle si hay algún inconveniente en su trabajo?
También trabajo en los alpes europeos, por lo que las largas temporadas pueden ser física y mentalmente exigentes. Es importante que me tome tiempo libre y descanse adecuadamente.
¿Y la parte positiva? (Para los que no hayan estado atentos)
Lo mejor de mi trabajo son mis clientes. Disfruto de verdad pasando tiempo con ellos.
¿Incluso con los que están verdes de envidia?
Incluso con ellos.